El País se hace eco de la actitud vital de uno de los fundadores de Facebook, Eduardo Saverin, que a pesar de haber ganado 3.500 millones de dólares o algo así, no está haciendo nada realmente productivo aparte de salir con chicas guapas, tener un cochazo y generalmente hacer lo que le viene en gana.
Generalmente este tipo de artículos venían a cuento en países de larga tradición protestante, o sea, en los países sajones, mientras que los que nos hemos criado en culturas católicas no decíamos nada. Ni Saverin hubiera dicho que había ganado un pastón ni los demás hubiéramos imaginado que una vez embaulada la pasta se hubiera podido hacer algo aparte de pasárselo bien.
Pero amigos, uno de los indeseables efectos de la globalización es que todos leemos las mismas cosas y pensamos igual y por eso en el mundo de la tecnología en España hay mucho iluminado que se cree que hay que portarse como en Silicon Valley y conceptos que nos son culturalmente ajenos, como la filantropía o la transparencia, se están poniendo de moda entre los periodistas, esos amplificadores de la cultura foranea.
Dicho esto, creo que es necesario que nos pongamos de acuerdo en algunas normas de comportamiento para nuevos ricos tecnológicos en España.
Empezaremos dibujando una línea entre lo que consideremos forrarse de simplemente dinero. Yo creo que puedes considerar que te has forrado si te han entrado en la cuenta, de golpe y porrazo, 30 millones de euros y antes no tenías apenas nada.
Desde este punto de vista, los fundadores de Tuenti por ejemplo no son millonarios de esos de internet y por tanto pueden seguir chocándose con sus coches exóticos, invitando a todo Fortuny y gastándose sus millones en echarse unas risas sin mayor problema.
Sin embargo, todos los demás (vosotros sabéis quienes sois), deben portarse de la siguiente manera:
1. No pueden mudarse de casa a una mansión gigante
2. Tienen que comprar un coche híbrido. El Toyota Prius es el estándar.
3. Deben formar parte activa de algún tipo de actividad caritativa que requiera grandes donaciones y mucho trabajo.
4. Nada de salir con personas guapas. Todo millonario reciente tiene la obligación de dejar a sus novios y novias portadas de revista y preferiblemente casarse en el acto con una antigua pareja del instituto.
5. Toda actividad divertida que no pueda ser pagada por la clase media debe ser eliminada de la agenda, o al menos ocultada. El Rey de España, como es rico de muchas generaciones, puede matar cualquier bicho, los millonarios de internet no.
6. Nada de dejar el trabajo e irse a vivir a las Seychelles, o a algún sitio que se pueda considerar más vacacional que laboral. Idealmente, el millonario de internet seguirá en su cubículo junto a sus compañeros de trabajo durante el resto de sus días.
Estoy seguro de que existen muchas más reglas de obligado cumplimiento que me dejo, y que espero que los lectores vayan añadiendo.
Sin embargo, tengo que decir que en el remotísimo caso de que yo me convirtiera en uno de esos millonarios, lo primero que haría sería pagar a un testaferro para que se hiciera pasar por el nuevo rico y a un noble arruinado para que fingiera ser un antepasado perdido de mi familia y gracias al cual poder disfrutar de la vida propia de un rico de familia, que se sobreentiende que es un degenerado moral y pasármelo fenomenal y no acabar criticado como el pobre Saverin por el periódico de un país en el que los ricos viven como tales, pero nadie se ocupa de contarlo.
Sí sé te olvida que sí vuelve a tener otra genial idea. Esta debe haber sido gestada en un garaje, sí no... tiene que ser menospreciada.
Publicado por: mademoisele99 | 28/05/12 en 19:50